lunes, 4 de mayo de 2015

Reflexión: Mujeres inalcanzables

Hoy en la mañana mientras desayunaba escuché el murmullo del televisor en un programa del canal 13 en el que "humorísticamente" hablaban de cómo sería el mundo ideal de los hombres (o del mínimo común múltiplo, por lo menos). 

-"Un mundo donde no haya mujeres inalcanzables", decía el intento de comediante.

En primera, eso del "mundo ideal para los hombres" es una generalización muy burda. ¿Para todos los hombres?. ¿Qué hay de los homosexuales?, ¿De los asexuales?, ¿De quienes practican cualquier forma no-heterosexual y/o no monogámica de relaciones sexo-afectivas?. Claro, como dije, es del mímimo común múltiplo. Esto es, un arquetipo con el que se sentirían identificadas las masas más comunes del pueblo: tanto en estatus socioeconómico como en niveles culturales y demás.

En segunda. ¿Mujeres inalcanzables?. ¿Quienes son las "alcanzables"?. Se me hace insultante la forma en la que se maneja a las mujeres como un 'objetivo' (¿objeto?) para la conquista de los hombres en los medios de comunicación.

No debe haber un prototipo de "mujer inalcanzable", como tampoco debe haber una "alcanzable". Esto no es (o no debería ser) una competencia entre hombres para ver quien "alcanza" más mujeres o quien "alcanza" a la "inalcanzable". La química sexo-afectiva entre un hombre y una mujer (qué conste que sólo estoy hablando de relaciones heterosexuales y monogámicas desde que es el único punto de vista que conozco por experiencia) debe surgir solita: no debería ser un esfuerzo del hombre para ver si logra llenar las espectativas de la mujer en cuestión o viceversa; porque si no, se reduciría a una simple transacción de oferta-demanda.

Las cosas en el amor (que conste que ahora no solo en el punto de vista heterosexual, si no en el punto de vista del amor y no de la búsqueda de placeres sexuales: esto es un capítulo muy a parte) no deben ser reducidas a "quien merece a quien" o "quien alcanza a quien", si no entre quienes se saben entender, convivir y soñar juntos.



Pero a mí no me hagan caso, quizás llegué a todas esas conclusiones porque las quesadillas de huitlacoche no estaban en el mejor de los estados.

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