lunes, 15 de abril de 2013

Muerte

-Tal vez te quedaste con la impresión que tu humilde servidor murió en una mazmorra hace casi 3 años... -Se carcajea ante la cámara- pero afortunadamente lo mejor apenas estaba por comenzar.

El entrevistador también compartió su alegría con otra sincera carcajada. Había pasado mucho tiempo luego del documental H2DC y el canciller Heinrich no había hecho ninguna aparición por este medio.

-Yo estaba muy decepcionado por la traición de mi propio pueblo -continuó el entrevistado-. De la noche a la mañana el pueblo que juré proteger me dió la espalda para apoyar al régimen Hiramí, al que logramos derrocar juntos hacía unos meses. Claro, hoy en día ya no me molesta mucho, pero en su tiempo sentí como si me hubiesen apuñalado por la espalda. Lo recuerdo muy bien, como si hubiese sido ayer.
Era un día cualquiera, yo había regresado de unas cortas vacaciones en las que vi la copa del mundo del 2110 y regresaba a mi oficina, cuando me topé con una multitud enfurecida que cercó la cancillería.


Tropas rebeldes, intentando tomar la cancillería, mediados de agosto del 2110


Logramos repeler esa ofensiva, sin embargo, ahí comenzaron las llamadas "Guerras del péndulo". Entre fuerzas leales a Neerlandia (principalmente sus soldados de élite) en contra de los rebeldes, aliados a los soldados Hiramíes que habían orquestado un golpe de estado en poco menos de un mes.

Fue una lucha sin cuartel, miles de ciudadanos de Neerlandia perdieron la vida. Incluso el primer día perdimos cerca de 300 hombres. Desde el principio se notaba que teníamos las de perder: un reducido número de efectivos, además del repudio del pueblo porque tomamos medidas extremas, usando armas satelitales de destrucción masiva en la ciudad de Chaar. Chaar era donde los ejércitos invasores habían montado su base; una ciudad estratégica al ser la frontera más septentrional y la única salida al océano que poseía Neerlandia.

Fue una decisión muy difícil. Murió mucha gente inocente: Los martillos del alba eran rayos gamma disparados desde los límites de la órbita de nuestro planeta. Frieron la ciudad con índices de radioactividad que dejaron inhabitable la zona. Donde existía una ciudad próspera ahora sólo quedaba un montón de cenizas, sólo eso...
(Aquí se hizo una pausa porque Heinrich no dejaba de llorar).

Tropa de élite en las ruinas de la ciudad de Chaar, poco antes de la detonación de los martillos del alba

Poco a poco las tropas enemigas nos fueron cercando: tenían blindados superiores, una aviación más adelantada tecnológicamente y nos superaban en número. Ni la desaparición de Chaar logró detenerlos en su avance hacia la capital, Sparta. Día a día avanzaban más y más.

Fue precisamente al mes que yo mismo peleé hombro a hombro con mis compatriotas en la ciudad de Nexus. Ahí un francotirador me pegó de lleno en el pecho mientras daba órdenes de replegarse. Creí que había sido el fin. Caí al suelo sin comprender lo que había pasado: había mucha sangre, mucho dolor y yo me aferré a un lábaro que estaba tirado en el suelo. Fue un valiente compatriota el que me arrastró a salvo y los médicos lograron salvarme la vida.
Sin embargo, perdimos Nexus y otras 2 ciudades ese mismo día. Las tropas Hiramíes habían cercado la capital y para octubre ya estábamos peleando a escasos 10 kilómetros de la cancillería. La lucha estaba perdida y todos lo sabían: la mayoría había desertado y se aliaba a los enemigos o escapaba por la frontera del sur, como refugiados políticos de Las Tierras del Sur.

Blindados Hiramíes avanzando por las ruínas de la ciudad capital, Sparta.

Finalmente el 28 de Septiembre del 2110, cayó la cancillería que habíamos tomado apenas en Febrero de ese mismo año. Al ver todo perdido simplemente salí por la puerta principal con una bandera blanca en la mano. Todo había terminado y me llevaron como prisionero de guerra, a un lugar que a la fecha no tengo la menor idea de donde está ubicado en el mapa.

Últimas tropas de la coalición en Sparta, rindiéndose.

Sin embargo, no todas las tropas se rindieron al mismo tiempo y alguien lanzó una bomba de hidrógeno en lo que quedaba de Sparta algunos días después. Me enteré mucho tiempo después porque yo en ese tiempo estaba en una mazmorra en alguna costa desconocida.


Ahí me enjuiciaron por crímenes contra la humanidad y se me dio la fecha de ejecución del 30 de Noviembre de 2110. Pero por supuesto, como ya lo sabes, eso no pasó...